Ayer llamaron por teléfono:
- Dígame.
- Por favor, ¿podría hablar con Don Fernando Fernández?
- En estos momentos no está en casa, ¿de parte de quién?
- Soy Santiago Schwartz un compañero de trabajo, podría decirle que tengo que hablar con él, creo que tiene mi número de teléfono.
- Por supuesto, pero ¿sería tan amable de deletrearme su apellido?
- Sí, ¡cómo no!, Schwartz, S de Sevilla, Ch de chaleco, W de Wamba, A de Almería,…
- Perdón, ¿W de qué?
- W de Wamba, A de Almería, R de Roma, T de Toledo y Z de Zaragoza.
- Lo he anotado, le pasaré el recado.
- Gracias, ha sido usted muy amable.
- Gracias a usted, buenas tardes.
- Dígame.
- Por favor, ¿podría hablar con Don Fernando Fernández?
- En estos momentos no está en casa, ¿de parte de quién?
- Soy Santiago Schwartz un compañero de trabajo, podría decirle que tengo que hablar con él, creo que tiene mi número de teléfono.
- Por supuesto, pero ¿sería tan amable de deletrearme su apellido?
- Sí, ¡cómo no!, Schwartz, S de Sevilla, Ch de chaleco, W de Wamba, A de Almería,…
- Perdón, ¿W de qué?
- W de Wamba, A de Almería, R de Roma, T de Toledo y Z de Zaragoza.
- Lo he anotado, le pasaré el recado.
- Gracias, ha sido usted muy amable.
- Gracias a usted, buenas tardes.
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