Miren a su alrededor y escojan un objeto familiar y estúdienlo. Tóquenlo, huélanlo, mírenlo. Sigan observándolo hasta que descubran algo que antes no sabían sobre ese objeto. Puede ser su textura, algún color, o que era fabricado en China.
En eso consiste pensar más allá de lo cotidiano. Porque lo cotidiano es lo que conocemos.